viernes, 20 de julio de 2007

SAURON, el Ángel caído de la moral señorial

Sauron, un Maiar de Aulë, es el Enemigo y Señor de los Anillos en la trilogía de Tolkien y el único a quien obedece la voluntad del Anillo Único. Desesperadamente ve en los hombres y elfos un enemigo que puede entorpecer sus planes de conquistar la Tierra Media. Siendo sólo un “instrumento” más de un Mal superior (que podríamos identificar con Melkor), representa los desvalores humanos. Sauron, al igual que el resto de personajes, se mueve entre el mundo cristiano y pagano. Cristianamente es el “pecador”, el alma que ha sido corrompida por el pecado original y que se ha dejado llevar por las cosas materiales del mundo terrenal. Del mundo pagano extraemos su parecido con el maligno señor de los Fomhoire celtas y el Ojo Maligno; bien también con Alberich de El Cantar de los Nibelungos; también con el lado oscuro de Odín, el Dios más poderoso del panteón nórdico; o extraído de la mitología cristiana sería algo así como “el Diablo en la Tierra” cuando fue exiliado del cielo. Sin embargo, este personaje es algo mucho más complejo, pues moralmente adopta lo que se conoce, gracias a la teoría del irracionalismo de Nietzsche, como la moral del señor. La moral del señor es la adoptada por los que son poderosos, por los que han abandonado los valores cristianos, por aquéllos que haciendo uso de la voluntad de poder han cambiado sus principios y han “renovado” su espíritu diciendo sí a la vida, luchando por conseguir propósitos más altos (incluyendo esto el desprecio hacia las clases que por el contrario busquen valores comunitarios, cristianos o solidarios). Nietzsche piensa que ésta es la moral que uno ha de seguir si realmente quiere conseguir sus metas. Para llegar a dicha moral uno ha de pasar desde el nihilismo, paso previo donde se renuncia a todas las cosas y principios que nos rodean, al modelo de superhombre. ¿Cómo hacerlo? Nietzsche explica que el humano, mediante la voluntad de poder, ha de pasar necesariamente por tres estados: el camello (animal de jorobas que lleva la peor carga y representa al hombre capaz de llevar el peso de la moral, el peso de la trascendencia; simbolizando el espíritu que se inclina delante de la ley moral, obedeciendo al deber kantiano); el león (animal que se deshace de las cargas opresoras y antinaturales luchando con el último dios, la moral y los valores. Es el hombre que crea su propia libertad diciendo no, que continuamente lucha y al final prioriza su propio deseo); y el niño (ser que representa el querer creador y espontáneo, la libertad verdadera y no la libertad que consiste únicamente a reaccionar contra alguna cosa. El niño representa la existencia como una aventura y como un juego; principios del vitalismo). Y quien triunfa pasando por estos estados al final se convierte en el superhombre. El superhombre, un hombre nuevo, es el ser capaz de estar a la altura de un acto tan inmenso como el asesinato de Dios, pues el superhombre es el Dios terrenal. ¿No es acaso Sauron como el Señor de la Tierra Media? ¿No en vano no crea un arma tan poderosa que es capaz de corromper al resto de seres? ¿No es acaso parecido el plan de Sauron con el del Diablo queriendo someter a los seres terrenales, si bien en la cristiandad los humanos, si bien en Tolkien a todos por igual tanto elfos, enanos, humanos, etc.? Pero centrándonos en los estados previos a ser el superhombre, ¿no fue Sauron antaño un siervo más de los Dioses? ¿No fue antaño castigado y corregido por sus pecados? ¿No sirvió antes a una moral que después destruye con su conducta maligna y egoísta? La respuesta a todo esto es sí. Otro asunto es la voluntad de poder que utiliza para poder llegar a ser el ser poderoso y egoísta que es. La voluntad de poder de Nietzsche es el poder los creadores, es decir, un poder que hace grande a la persona sin obligar al resto a que lo admire, es un poder contrario a la igualdad que impone jerarquía y desigualdad. Nietzsche utiliza la voluntad de poder para acabar con los principios de la Revolución Francesa, las propuestas socialistas y comunistas, los valores democráticos y el mismo cristianismo y la sumisión a Dios. De igual modo Sauron es el Enemigo común de los pueblos de la Tierra Media que creen en los valores cristianos y contienen éticas idealistas y comunitarias. Sin embargo, aún cuando la voluntad de poder es algo abstracto, ésta toma forma de alguna manera mediante el Anillo Único. La voluntad de poder es el poder los creadores, pues bien, Sauron es quien forjó los anillos de poder y mediante éstos crea el sistema tiránico que desea, es una extensión (en lo material de un concepto mucho más abstracto) de su moral de señor. Claramente podemos ver cuál es el origen de tanto odio. Si uno lee la historia de El Cantar de los Nibelungos verá como el enano Alberich renegando del amor (por excelencia el principio de las bases cristianas), es capaz de crear un Anillo de poder capaz de condicionar la voluntad de las personas que lo desearan. En la historia de El Señor de los Anillos, Gandalf afirma que Sauron y el Anillo son uno sólo. ¿Qué es el Anillo si Sauron es el Diablo en la Tierra? ¿Qué es el Anillo que es capaz de corromper al más sano y correcto de los seres? ¿Qué es el Anillo para Sauron que lo hace tan vital para que continúe su reinado? El Anillo Único representa el odio hacia la cristiandad, es el pecado original, es la representación del materialismo que corrompe el alma humana, es el instrumento “visible” de la tentación, es por así decirlo, el objeto totalmente apetecible por los humanos para caer ante las trampas del Señor Oscuro. Es por eso que la historia de Tolkien nos muestra como combatir a este mal tan superior y que ataca a los humanos (cristianos). Es imposible vencer a Sauron, sobreviviendo el Anillo sobrevivió Sauron… ¿por qué? Básicamente porqué como Gandalf dice son uno, el Anillo y el Señor Oscuro. Metafóricamente hablando es un mensaje que lleva al lector a darse cuenta de lo vulnerable que puede ser ante las tentaciones de los placeres terrenales y lo presto que puede ser en equivocar su camino hacia el verdadero sentido de la vida humana. ¿Cómo combatir entonces a un Mal así? Pues como es palpable en el libro La Comunidad del Anillo en el Concilio de Elrond, existen varios caminos (algunos defendieron usar el Anillo para vencer a Sauron, ¿cómo Saruman?; otros dijeron de destruirlo pero, ¿quién llevaría la carga de una misión así?; otros dijeron de esconderlo, ¿pero acaso puede esconderse algo que por naturaleza vive en nosotros mismos, es decir, el deseo de ser más?). Entonces es cuando Tolkien evoca al cristianismo y la existencia de un “mártir” que es capaz de sacrificarse con tal de salvarse a la humanidad. Es ahí, cuando a través de personajes como Gandalf, puede despertar en el lector su lado más humano haciéndole ver lo importante que es actuar correctamente evitando los problemas que pudieran comportar los deseos más instintivos; es decir, empuja al lector a pensar racionalmente y hacer uso de sus principios morales (fácilmente ligados al cristianismo). No solamente Nietzsche aboga por una moral en la que uno se haga más poderoso, sea noble y de alguna manera “olvide” los valores que lo hagan solidario, más cristiano. La moral de Nietzsche consecuencia, por una interpretación aunque nada acertada y desde luego muy poco conectada con el mensaje del filósofo, la dictadura alemana, es decir, un régimen totalitario. Si Gandalf representaba los valores democráticos que inculca en Aragorn, Faramir, etc., para instaurar reinos moralmente correctos que busquen el bienestar social por encima del bienestar de cualquier de los individuos; Sauron, su antónimo, es el lado oscuro de la humanidad envilecido por el egocentrismo, el materialismo, el deseo instintivo básico, que no duda en ser correctivo y represivo de maneras muy duras (que debieran ser extraordinarias). Sauron simboliza (pues así ocurría con las antiguas Eddas islandesas u otros cantares germánicos) el rey tirano que “esclaviza” a su pueblo a cumplir con su voluntad. No en vano, por historias como la de Beowulf, sabemos que los antiguos reyes (nórdicos) entregaban anillos a sus hombres de mayor valía y eran conocidos como “dadores de anillos”. De modo parecido Sauron se “gana” el afecto y respeto de las razas de la Tierra Media entregándoles anillos. De cuál será el efecto sobre aquéllos que ganaron anillos de Sauron lo veremos en los apartados dedicados a los Nazgûl, por ejemplo. También cabe destacar su control sobre los Palantiri o Piedras Videntes mediante las cuales controlaba la voluntad de aquéllos que miraban pues podía engañar con las imágenes que proyectara sobre ellos… ¿qué significa eso? Son ilusiones, mentiras… es una manera abstracta de representar las argucias con las que el Enemigo es capaz de entrar en los corazones de los más desesperados, e ahí porqué tan sólo Aragorn consigue, aun después de su negativa para hacerlo, usar el Palantir y retar a Sauron. Ahora que hablo de retar a Sauron podemos ver como después de todo, como así ocurre con los humanos, Sauron tiene miedo, mucho miedo y es ese miedo el que le infunde el odio hacia el resto de las razas. Para concluir con este personaje es remarcable ver como Tolkien consiguió acercar de alguna manera (fantástica y alegórica), al pecado original que lleva consigo la destrucción de los hombres (tanto física como moralmente). Sauron es por tanto una representación de aquéllos líderes que se olvidaron del bienestar social, que emprendieron guerras contra la humanidad por conseguir sus propósitos, aquéllos que combatieron el mal con mal y perdiendo la esperanza envilecieron olvidando los antiguos valores del mundo… no en vano se dice que la Primera Guerra Mundial (en la que participó Tolkien y dio lugar como bien es sabido a episodios bélicos como La Caída de Gondolin) fue el ocaso de las cosas hermosas del mundo anterior.

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