domingo, 19 de agosto de 2007

ÉOWYN Y FARAMIR, el respeto por la mujer y el coraje sin medida

Extrañamente estos dos personajes, muy distintos entre sí, son a la vez muy parecidos. Éowyn, escudera de Rohan, perdió a sus padres siendo una niña y fue acogida por Théoden, su tío, Rey de Rohan. Éowyn, tal y como está descrita en El Señor de los Anillos, era una mujer muy hermosa; hermosa y fría como una clara mañana de primavera que no ha alcanzado aún la plenitud de la vida. Se enamora de Aragorn, cuyo amor no es correspondido y decide emprender una peligrosa hazaña que pudiera llevarle la muerte yendo a los Campos de Pelennor donde finalmente enfrenta al Rey Brujo, con la ayuda de Merry, y lo vence. Sin embargo, luego de debatirse entre la vida y la muerte por largo tiempo, Aragorn la acaba sanando y al final contrae matrimonio con Faramir, con quien vivirá en Ithilien y tendrá un hijo. Por otro lado, Faramir, dúnadan de Gondor, es el hijo menor de Denethor II, Senescal de Gondor. Es un hombre sabio, de gran belleza, y enamorado de las artes y de las personas. Admira a Gandalf y provoca esto los celos de su padre, quien aprecia más a Boromir, su hermano. Ayuda a Frodo y Sam durante la Guerra del Anillo, rechaza la posesión del Anillo Único, y defiende Osgiliath, siendo herido de muerte. Sanado en las Casas de Curación conocerá a Éowyn y se casará con ella, teniendo un hijo, y reinando sobre Ithilien.

Están claras las similitudes: Éowyn pierde a sus padres en hora temprana y Faramir pierde a su madre, y en la Guerra del Anillo perderá a su padre; ambos son personajes bellos, sabios, que aman a las personas y se preocupan desinteresadamente por el bienestar de sus pueblos, pero igualmente eclipsados por las hazañas de otros hombres (Éomer para Éowyn, y Boromir para Faramir); ambos son la esperanza para sus pueblos entrados en una decadencia profunda, si bien Rohan cuenta con Éomer, es Éowyn la que se encarga de que el Rey siga viviendo, quien ayuda en el gobierno del pueblo y quien finalmente obtiene la mayor victoria en el campo de batalla; y Faramir ve como su padre también está vencido por su larga lucha contra la Sombra, como su hermano ha muerto, y como su pueblo tarde o temprano habrá de superar el cerco de Sauron. De este modo demuestran un coraje y bondad desmesurados. No en vano, Tolkien afirmó en una de sus cartas que se parecía bastante a como era Faramir, pero que lo diferenciaba su coraje. Esto quiere decir entonces que si Faramir es en parte como Tolkien era, nos demuestra los diferentes valores que ya hemos estudiado sobre el autor, compasivo, preocupado por su patria, despierto y habilidoso para aprender, respetuoso por los demás y entregado en sus tareas… Similitudes entonces que podríamos ver, incluso con el personaje de Éowyn, homónimo de Faramir pero en mujer, es en el hecho de la muerte que arrastra sus vidas. Tolkien perdió todo rápidamente; primero a su padre, luego a su madre, después a sus amigos en la Primera Guerra Mundial, y así sucesivamente… es por esto, que la muerte es algo importante para Tolkien. Faramir es herido de muerte defendiendo Osgiliath y los Campos de Pelennor antes del ataque principal contra Minas Tirith, si bien es herido por un arma humana y no por el Rey Brujo mismo, se debate entre la vida y la muerte después por la enfermedad del Hálito Negro. Tolkien, quien participó en la Primera Guerra Mundial, también estuvo convaleciente y tuvo que abandonar el campo de batalla, por una extraña enfermedad ante la que sucumbieron los que lucharon en la primera línea de combate en las trincheras. Pero ahora nos centramos en qué nos despiertan estos personajes, es decir, que valores representan o que ideales…

Éowyn, como ocurría con heroínas en las eddas y otros cantares nórdicos, es una mujer guerrera por naturaleza, hija de reyes, y como el resto de personajes desea vivir grandes hazañas, hacer grandes gestas… (Pudiendo recordar que no es la primera mujer que hace logros tan importantes en el campo de batalla).De hecho, es la única que fue capaz de vencer al Rey Brujo, una mujer es quien tiene el verdadero “poder” para vencer al “Hombre” más vil y poderoso que tiene Sauron a su servicio. Aunque esto respondería a una profecía (elemento pagano) emitida por un elfo antaño, bien pudiere simbolizar cómo una mujer puede llegar a conseguir lo imposible, incluso superando las gestas de los hombres. Las mujeres, entrado el siglo XIX, y posteriormente durante todo el siglo XX, se movilizarían en movimientos pro mujer, los movimientos feministas. Su ideología se basaba en romper con los esquemas tradicionales de la mujer para mejorar sus condiciones de vida e igualar su situación con el hombre. No en vano las mujeres acabaron, durante el siglo XIX, cambiando su hogar por la fábrica y después, entrada la Primera Guerra Mundial, participando en la producción de elementos armamentísticos para los hombres en el frente, así como encargarse de la curación. Sin embargo, en la práctica, las mujeres acabaron por tener una doble carga: el hogar y el trabajo. En muchos países no tuvieron voz (y menos voto) hasta bien entrado el siglo pasado. Éowyn, de alguna manera, ve como sus sueños de ser grande cual los hombres no pueden realizarse porque tiene que cuidar de su tío enfermo (el hogar) debiendo abandonar las armas y la defensa de su pueblo (la fábrica, el empleo). Su “voz” se ahoga entre las frías paredes y, es por eso, que en Las Dos Torres se nos cuenta que Éowyn tiene miedo… “A una jaula. A empuñar sus barrotes hasta que la edad y la costumbre los acepte y toda opción al valor ceda al recuerdo y al deseo”. Es la sumisión de las mujeres lo que teme ocurra… Podemos recordar en un Cantar, como El Cantar de los Nibelungos que la misma Brunilda, princesa guerrera, cuando es desprovista de su cinturón mágico que la hace invencible, se convierte en una mujer normal y corriente, é ahí su mayor miedo y ante lo que se enfrenta toda su vida. Sin embargo, por su parecido en la historia Éowyn sería así como la consorte del rey Ródgar en Hérot, en la historia de Beowulf. Por lo tanto, podemos concluir por Éowyn que representa el coraje (muchas veces oculto) de las mujeres, pues ellas son las verdaderas heroínas que de alguna manera consiguen cuidar del hogar y a la vez, tener la osadía de enfrentarse a males mayores y vencerlos en la vida misma. Ahora retomemos a Faramir.

Faramir, dice en cierto pasaje del libro, así como en la adaptación cinematográfica: “¿El enemigo? Su sentido del deber no era menor que el tuyo, estimo. Te preguntas cual es su nombre, de dónde procede, si era en verdad malvado en su corazón. Y las mentiras y amenazas que provocaron su larga marcha. Porqué no prefirió permanecer allí, en paz. La guerra nos convertirá a todos en cadáveres”. Esto simbolizaría de algún modo cómo se sentía Tolkien en los momentos duros que vivió durante los primeros años de su vida, si bien primero en su ámbito personal si bien después en la Primera Guerra Mundial. Es la desesperanza que aflige a un corazón que por naturaleza es luchador y que tiene mucha fe en que finalmente todo acabará saliendo bien. Su valoración del “coraje” del enemigo y el sentido del deber, nos enseña que al fin y al cabo, en las guerras todos acabamos siendo víctimas y que aún cuando hay un ganador, es imposible reparar el daño ocasionado, física, moral, emocional y espiritualmente, a los hombres en el frente, familias y amigos… Y sin embargo, hemos de interpretar “cadáveres” como un término ambiguo. Cadáver, si bien físicamente representaría el cuerpo muerto de un ser vivo, en este caso el de un hombre que pierde la vida en la guerra; cadáver puede representar algo metafórico demostrando que las guerras de alguna manera ensucian a la humanidad, que la privan de los verdaderos valores entre los que está la defensa de la vida, vida que arrebatamos por defendernos. De otra manera, podemos ver similitudes también con el personaje de Boromir, o bien con Aragorn. En el caso de Boromir los diferenciaría, además de su carácter, su reacción ante el Anillo y la misión de Frodo. Con Aragorn, obviamente a parte de su papel en la historia y de sus destinos pues Faramir después renuncia a favor de Aragorn en el trono de Gondor, lo diferencia el hecho de que mientras que Aragorn cumple una función más espiritual, Faramir es más “humano” demostrándonos el verdadero valor de la regencia, de un gobierno aunque provisional, pero justo. Para concluir entonces decir que Faramir representa, si bien existen personajes que se corrompen en sus deberes “políticos”, la verdadera esencia de la democracia, el amor equitativo por la patria y el prójimo…

No hay comentarios: