viernes, 10 de agosto de 2007

LEGOLAS Y GIMLI, la pluralidad y el multiculturalismo
Legolas es un Elfo del Bosque Negro, honesto y de carácter juvenil y curioso pero precavido y amante de la naturaleza, que viste de castaño y verde y tiene una vista y oído increíblemente penetrantes y es especialmente diestro en el manejo del arco y las flechas. Enviado a Rivendel con un mensaje de su padre acerca de la huida de Gollum, se acabará uniendo a la Compañía del Anillo. Mientras, Gimli es un Enano de las Montañas Azules, luego de Erebor, que es rudo, y con gran resistencia, culto en la tradición de su pueblo, que va a Rivendel acompañando a su padre quien lleva el mensaje de que Sauron intentó embaucar a los Enanos. Dos personajes totalmente distintos, ¿verdad? Si uno analiza profundamente la obra de Tolkien encontrará, aunque no es de extrañar teniendo fundamentos cristianos, que ensalza el pluralismo, el multiculturalismo. Ésta surge de la conjunción de dos términos: múltiple y cultura más ismo. Lo múltiple ha sido uno de los problemas centrales de la filosofía, relacionado y contrapuesto siempre a lo uno. Lo múltiple representaría propiamente a Los Pueblos Libres que luchan contra Sauron, y el Uno es el Anillo Único y la voluntad de Sauron. La tradición filosófica occidental está enraizada por un lado en Parménides, quien consideraba que la multiplicidad y la variedad son objetos de la opinión y de la sensación y que sólo lo Uno es objeto de saber, es decir que aunque son términos distintos y opuestos entre sí nada indica lo contrario de que al final las opiniones múltiples se conviertan al debatirse en un único pensamiento. Esta comprensión de la verdad como única ha sido la mayor arma utilizada contra lo otro, contra lo distinto.

Sin embargo, también en esta misma tradición existieron los defensores de la realidad de lo múltiple y lo vario frente a lo uno, los sofistas. Y fue Aristóteles quien afirmo que lo uno es inmanente a lo múltiple (que equivale a lo sensible, mientras que lo uno equivale a lo inteligible). Por Kant se dedujo que lo múltiple es uno de los caracteres de lo dado frente a lo uno, que es uno de los caracteres de lo puesto. De este modo, la multiplicidad ofreció diversos aspectos en cuanto a las sensaciones y a las percepciones, es decir, a la manera de percibir el mundo. En definitiva, con lo múltiple podemos designar muchos elementos distintos entre sí. En esta misma tradición filosófica, los sofistas distinguen la cultura - aquello que es por convención o por ley, múltiple y distinto entre si y respecto a otras comunidades- de lo que es "por naturaleza". A lo largo de la historia hemos entendido por cultura la posesión de un lenguaje para la comunicación - en la Edad Media, las naciones eran las lenguas mientras que con la ilustración los Estados-nación aspiran a ser cosmopolitas -, el tipo y modo de utilización de instrumentos y la organización social. En cada cultura encontramos valores materiales, así como mitos, creencias religiosas, leyendas, ideas científicas y filosóficas, códigos morales y costumbres. Y en todos los casos, se adscriben a estos objetos valores que son considerados o subjetivamente u objetivamente. En términos de Ortega y Gasset, la cultura es lo que hace el hombre cuando se hunde, para sobrenadar en la vida, creando valores, sentidos. Por eso, la cultura, incluso la más despolitizada, no está exenta de contenido político, simplemente unas veces responde a los intereses del pueblo y otra a la ideología capitalista. De igual modo vemos esa tradición y esa cultura en todos los pueblos de la Tierra Media y como es necesario el hecho de que participen todas las razas y aúnen sus pensamientos y culturas con el fin de encontrar soluciones que permitan destruir el Mal. Es cierto que todos los pueblos son distintos entre sí, rastro de esto son los personajes de la Comunidad misma.

En la Comunidad encontramos: Hombres, Hobbits, un Elfo, un Enano y un Mago. Los Enanos y los Elfos son totalmente distintos entre sí: mientras que los Elfos aman la naturaleza los Enanos se sirven de ella; mientras que los Elfos buscan la belleza y la perfección en sus manifestaciones artísticas y en lo endulzan todo con su juventud eterna, los Enanos construyen en la fría piedra grandes palacios y construcciones enormes, símbolos de una tradición antiquísima manifestando su poder y grandeza; mientras que los Elfos son, en general, diestros de palabra y amables, los Enanos son rudos y reservados (no en vano Sauron no puede llegar a controlar la mente de los Enanos cuando les entrega los Siete);… y así sucesivamente podríamos ver infinidad de diferencias entre ambas razas, razas que entran en armonía en la Comunidad convirtiéndose Legolas y Gimli en amigos inseparables. Su amistad simboliza el final de tantas disputas entre Elfos y Enanos. Por otro lado, y centrándonos en el hecho de la diversidad cultural de la Comunidad, los Hombres y los Hobbits. Toda la misión pende de los hechos de un Hobbit y un Rey. Mientras que los Hobbits, por naturaleza, no buscan aventuras y viven despreocupados del mundo exterior, los Hombres están avecinados a la guerra contra la Sombra y su coraje es lo que los mantiene alerta. Mientras que los Hobbits viven según las viejas tradiciones y no aman la violencia, los Hombres han olvidado su pasado o no llegaron a alcanzar protegerlo y tuvieron que sustituirlo por innumerables batallas contra el Enemigo. Y más allá de la Comunidad veamos la diferencia cultural entre pueblos de Enanos, Elfos, Hombres, Hobbits, incluso entre los antagonistas de la historia tales como Isengard y Mordor. En sí, es una obra pluralista y multicultural. Tolkien, en todas las aventuras, refleja como es “imposible” que uno sólo llegue a conseguir gestas tan importantes, que necesita de apoyarse en los demás, valora al prójimo, valora la amistad y el amor incondicional entre las personas de igual virtud. Frodo lleva la carga del Anillo pero de no ser por Sam no llegaría a cumplir su misión. Aragorn tiene que volver a ser Rey pero de no ser por la ayuda de personajes como Gimli, Legolas, Gandalf,… no llegaría a poder alcanzar la reinstauración de su reino en el mundo de los Hombres…

Al tratarse El Señor de los Anillos de un libro que responde a la existencia humana, el pluralismo manifiesta el hecho de que el hombre es un ser abierto que consigue mejores y mayores propósitos y metas cuando interactúa con el resto de personas. Fomenta entonces valores como el dialogo, la tolerancia, la educación… Retomando a los personajes de Legolas y Gimli, veremos que son la representación de sus pueblos en la gesta de destruir el Anillo Único, que por tanto demuestra el hecho de que de no ser por la participación de todos los pueblos, de no ser un deseo común, el Anillo nunca hubiera sido destruido. El individualismo en el mundo de Tolkien sólo ha llevado a los personajes a sucumbir: Isildur al no destruir el Anillo y guardarlo para sí; Saruman al estudiar por sí solo la ciencia de los Anillos llegó a corromperse; Gollum (el exiliado) es la muestra del tormento más abierto;… Además de a través del respeto hacia las razas que habitan nuestro mundo, Tolkien también hablará del importante respeto hacia las mujeres, oprimidas todavía en el siglo XIX y parte del XX en algunos países, viviendo según el modelo tradicional. Por esto, podemos llegar a la conclusión de que El Señor de los Anillos, y a través de ejemplos como el de Legolas y Gimli, nos demuestra que es importante la conciliación de los pueblos de la tierra para vencer a los verdaderos enemigos de la humanidad que son las guerras, las injusticias, el pecado, etc., y evitar así enfrentamientos entre sí basados en intereses políticos o diferencias culturales.

No hay comentarios: