domingo, 5 de agosto de 2007

BÁRBOL, la Vetusta NaturalezaEn cuanto a su aspecto, en El Señor de los Anillos se le describe de la siguiente forma: La figura era la de un hombre corpulento, casi de Troll, de por lo menos catorce pies de altura, muy robusto, cabeza grande, encajada entre los hombros. Era difícil saber si estaba vestido con una materia que parecía una corteza gris y verde, o si esto era la piel. En todo caso los brazos, a una cierta distancia del tronco, no tenían arrugas y estaban recubiertos de una piel parda y lisa. Los grandes pies tenían siete dedos cada uno. De la parte inferior de la larga cara colgaba una barba gris, abundante, casi ramosa en las raíces, delgada y mohosa en las puntas. Tenía unos ojos profundos muy penetrantes, de color castaño, atravesados por una luz verde. Bárbol es un Ent y como tal, siendo en parte árbol en parte humano, es más o menos como la “voz de la tierra”, como si la naturaleza pudiera expresar sus sentimientos de la misma manera que lo hacen los humanos. No en vano surge como una respuesta a los humos de la industria, a los fuegos de los hornos de Isengard, que destruyen los bosques y contaminan el ambiente. Y sin embargo, y aún representando algo tan importante, como ocurre en muchos relatos que cabalgan entre lo pagano y lo cristiano, los Hombres han olvidado la existencia de los Ents o los creen cuentos de viejas y o más bien leyendas sobre antiguas maldiciones. Su existencia demuestra un profundo ecologismo por parte del autor, no en vano Tolkien vio como las ciudades de Inglaterra progresaban industrialmente a grandes pasos, causando que lo que antes era frondoso, hermoso y verde, fuera después parte de infraestructuras mayores que facilitaran las necesidades de un pueblo cada vez mayor.

Tolkien mismo dice que el peor invento de la humanidad (contemporánea a sus tiempos) es el motor a combustión. Piensa que la tecnología es adictiva, que puede confundir al hombre y acabar por no respetar algo tan básico como el ambiente en el que vivimos. Si antes relacioné con el progreso nacido en los días de la Revolución Industrial, por ejemplo, a la transformación de Isengard, puedo de igual modo citar que existieron, y existen, opiniones contrarias a este gran fenómeno social, ejemplo de esto es el texto publicado en The Impact of Science on Society de Bertrand Russell: “La revolución industrial provocó en Inglaterra, (…) una miseria indescriptible. En mi opinión, apenas nadie que se ocupe de historia económica puede dudar que el nivel medio de vida en Inglaterra de los primeros años del XIX era más bajo que el de cien años antes; y esto ha de atribuirse casi exclusivamente a la técnica científica”.

Retomando lo que decíamos de la existencia del ecologismo en la obra, no es casualidad que los elfos construyan sus hogares en bosques, enunciaré los fundamentos de tal pensamiento. 1. El hombre por inteligencia domina la creación y usa de los animales y plantas según su conveniencia, pero no abusa de ellos pues desea que le sirvan más adelante y para que esto no ocurra se sirve de: 1.1. Leyes que regulan esta materia y castigan las infracciones promulgadas por el gobierno; 1.2. La propaganda ecológica; 1.3. La solución del corazón apelando a su lado más cristiano y humano… pudiendo así con las tres llegar a una posible solución donde se puedan combinar el cuidado y la explotación de la naturaleza. 2. El hombre busca el bienestar común de todas las cosas que lo rodean, al igual que mira por el prójimo y por sí mismo, por lo tanto, no es egoísta. 3. El hombre ha recibido de Dios el encargo de usar y cuidar la creación. El hombre es responsable ante Dios del cuidado de la creación y por tanto puede y debe usarla pero razonablemente. Por lo tanto hay que respetar los valores ecológicos porque emanan de valores morales religiosos. 4. El hombre conseguirá así el respeto por los animales y las plantas, el respeto por los demás hombres, el respeto a sí mismo y el respeto a Dios. Sin embargo los movimientos ecologistas no llegaron a surgir hasta mediados del siglo XX aproximadamente, aun cuando encontramos teorías anteriores que ya fomentaban el respeto por la naturaleza. Bárbol es por tanto estas voces que luchan por proteger los últimos vestigios del mundo natural, un mundo enfrentado a los deseos ambiciosos de poder del hombre que busca calmar su desasosiego por progresar en manos de la tecnología, la industria y la ciencia.

Sin embargo, hay un pasaje en el libro de El Retorno del Rey que nos muestra como Bárbol es capaz de liberar a Saruman (y a Grima) de su “detención domiciliaria” con términos actuales en la Torre de Orthanc. ¿Qué nos demuestra esto? Pues como el mismo libro dice, que Bárbol era incapaz de ver a ningún ser vivo encerrado y que procuró lo mejor para él, la libertad. Posiblemente Bárbol fuera una víctima más del poder de Saruman, un poco perdido para entonces, de su voz persuasiva; mas por otro lado da a pensar que después de todo Bárbol como el resto de los personajes del lado “bueno” de la trilogía demuestra una gran compasión y un pensamiento esperanzador de poder corregir los malos actos. Bárbol es el ser más viejo que atraviesa la Tierra Media en la Tercera Edad, no en vano para Gandalf (y Saruman hace tiempo) fue consejero, y para Galadriel y Celeborn, es un ser “venerable”. Aquí nos demuestra, de algún modo, como si tomamos en cuenta lo que representan dichos personajes por lo que ya hemos explicado, es necesaria una “conexión” con la naturaleza misma para buscar el “mejor” bien para todos.

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